Woody allen sobre el existencialismo
Nuestra capacidad para llevar una buena vida ahora mismo depende más de la supervivencia de las generaciones futuras de lo que solemos reconocer. Nuestras motivaciones, valores y deseos dependen de los que nos seguirán, seres humanos que nunca conoceremos. En La muerte y el más allá, Samuel Scheffler recurre a diversas referencias culturales -como Woody Allen, P.D. James y Bernard Williams en los extractos que siguen- para explorar estas ideas.
Antes de pasar al siguiente tema, quiero hacer un breve desvío para comentar las opiniones de Alvy Singer. Alvy Singer, como recordarán, es el personaje interpretado por Woody Allen en su película Annie Hall. La película contiene una escena en la que Alvy, de nueve años, es llevado por su madre a ver a un médico. Alvy se niega a hacer los deberes alegando que el universo se está expandiendo. Explica que “el universo es todo, y si se está expandiendo, algún día se romperá y ¡eso sería el fin de todo!”. Dejando a un lado la precocidad de Alvy, la escena es divertida porque el eventual fin del universo es tan remoto temporalmente -no ocurrirá hasta dentro de “miles de millones de años”, asegura el doctor a Alvy- que parece cómico citarlo como razón para no hacer los deberes. Pero si el universo fuera a terminar poco después del final de su propia vida natural, entonces los argumentos que he estado ensayando implican que Alvy podría tener razón. Podría ser una cuestión seria el que todavía tuviera motivos para hacer sus deberes. ¿Por qué debería existir esta discrepancia? Si el fin de la vida humana a corto plazo hace que muchas cosas nos importen menos ahora, ¿por qué no nos afecta de forma similar saber que la vida humana terminará a largo plazo? La persistente sensación de que quizás deberíamos estarlo es también parte de lo que hace que la negativa de Alvy a hacer sus deberes sea divertida.
Woody allen hare krishna
Uno de mis momentos favoritos de la película Annie Hall de Woody Allen es cuando Alvy Singer (el alter ego de Allen) aparece teniendo una crisis existencial de pequeño. Su madre llama a un psiquiatra, un tal Dr. Flicker, para averiguar qué le pasa.
El Dr. Flicker interviene: “No se expandirá hasta dentro de miles de millones de años, Alvy, y tenemos que disfrutar mientras estemos aquí, ¿eh? Ja, ja, ja”. (Corte a una vista de la casa de los Singer, que resulta estar bajo la montaña rusa de Coney Island).
Yo solía ponerme del lado del Dr. Flicker en este asunto. ¡Qué tontería abatirse por el fin de todo! Al fin y al cabo, el cosmos nació hace sólo unos 13.000 millones de años, cuando se produjo el Big Bang, y algunas partes del mismo seguirán siendo hospitalarias para nuestros descendientes durante un buen centenar de miles de millones de años, aunque todo siga extendiéndose.
Sin embargo, hace media docena de años, los astrónomos que miraban a través de sus telescopios comenzaron a notar algo bastante alarmante. Sus observaciones indicaban que la expansión del universo no avanzaba al ritmo majestuoso y siempre lento que habían predicho las ecuaciones de Einstein. Por el contrario, se estaba acelerando. Una “energía oscura” estaba evidentemente empujando contra la gravedad, haciendo que las galaxias se alejaran unas de otras a un ritmo desbocado. Nuevas mediciones realizadas a principios de este año confirmaron este extraño hallazgo. El pasado 22 de julio, el New York Times publicó un siniestro titular: “LOS ASTRÓNOMOS INFORMAN DE LA EVIDENCIA DE QUE LA ‘ENERGÍA OSCURA’ ESTÁ DIVIDIENDO EL UNIVERSO”. A David Letterman le pareció tan inquietante que lo mencionó varias noches consecutivas en su monólogo del Late Show, preguntándose por qué el Times enterró la noticia en la página A-13.
Woody allen hablando de la muerte
En una conversación con Alec Baldwin retransmitida en directo a través de Instagram, Woody Allen dijo que planea dirigir “una o dos” películas más, pero también afirmó que “la emoción ha desaparecido” debido al declive de la experiencia teatral.
Sin revelar detalles sobre el proyecto, el cineasta de 86 años dijo que dirigirá una película que se rodará en París a finales de verano o principios de otoño. Su película más reciente fue Festival de Rifkin, que recaudó sólo 2,3 millones de dólares y llegó a Estados Unidos en un estreno limitado a principios de este año, pero tuvo poca repercusión en el mercado.
MPI Media Group se encargó de esa película, interviniendo en lugar de Amazon Studios, que retiró su acuerdo de distribución de 80 millones de dólares con Allen en 2019. El cineasta ha visto cómo se reducen las opciones de su carrera en los últimos años en medio de un escrutinio reavivado en torno a las acusaciones de abuso sexual del pasado. La editorial Hachette también canceló la publicación de sus memorias en 2020.
A lo largo de cinco décadas, desde la década de 1960 hasta la de 2010, Allen hizo una media de una película al año, escribiendo y dirigiendo más de 50 largometrajes. En su nueva rutina diaria, el cineasta dijo: “No tengo que pasar frío en invierno ni calor en verano ni levantarme a las 5 de la mañana, tomando decisiones todo el día. Estoy en casa y no puedo hacer otra cosa que hacer ejercicio, practicar con el clarinete y escribir. Estuve en casa escribiendo mucho. Escribí un par de obras. … Me dije: ‘¿Y si no hiciera cine? Esta es una buena manera de vivir’. Y pensé: ‘Bueno, quizá haga una o dos más'”.
Woody allen jogging
En su charla del Zoom, “Espectros: dividiendo la luz para estudiar el Universo”, el científico explicó cómo la Vía Láctea (la galaxia en la que se encuentran la Tierra y el Sol) y la Galaxia de Andrómeda (la más cercana a la Vía Láctea) se están expandiendo la una hacia la otra. “Probablemente se fusionarán y, dentro de 6.000 millones de años, será una galaxia aún más grande”, dijo Rich.
Cuando la luz atraviesa un elemento, tiene una huella digital única. El color de la luz sería diferente en los 118 elementos conocidos de la tabla periódica: por ejemplo, el hidrógeno, el carbono, el litio y el berilio mostrarían un color diferente.
Así es como se descubrió el helio. En 1868, Jules Janssen observó una línea inexplicable en la cromosfera del Sol (una capa del Sol situada entre 250 millas y 1.300 millas por encima de la superficie solar) durante un eclipse solar.
Annie Jump Cannon utilizó fotografías de placas de vidrio en las que la luz de las estrellas había sido extendida por un prisma en el punto focal del telescopio. Así pudo identificar las similitudes y diferencias en las propiedades físicas de las estrellas. Cannon publicó su primer catálogo de estrellas en los Annals of the Astronomical Observatory of Harvard College Observatory, en 1901.