El mundo es plano
La curiosidad de Asimov se despertó por primera vez en los cuartos traseros sin ventanas de una serie de tiendas de dulces de Brooklyn. Nacido en 1920 en Petrovichi, en la Rusia soviética, Asimov tenía tres años cuando él y su familia llegaron a Ellis Island y empezaron a ganarse la vida a duras penas en Nueva York. Tres años después, su padre había ahorrado suficiente dinero para montar la primera tienda. El joven Isaac pasaba largas jornadas repartiendo periódicos, cargando cajas y revistas, y leyendo vorazmente. A los cinco años, ya había aprendido a leer por sí mismo estudiando los carteles de las calles. A los seis, obtuvo su primer carné de la Biblioteca Pública de Brooklyn; con el tiempo, conseguiría un segundo carné en el vecino barrio de Queens, duplicando su consumo semanal. Al principio de su adolescencia, Asimov horrorizaba a los vecinos mientras recorría a ciegas las calles más transitadas con la nariz metida en un libro y otro más bajo cada brazo.
Se dio cuenta de que los procesos de innovación, que hacen posible tanto la ciencia ficción como el progreso tecnológico, están en lucha con las normas e instituciones que los limitan. Vio que la “era del cambio” moderna era el crisol de esta lucha, ya que los científicos y los artistas imaginaban y creaban futuros y realidades radicalmente diferentes del pasado.Este conflicto se convirtió en la plataforma de lanzamiento creativo de Asimov. La ciencia ficción en sus manos se adentró de lleno en el ojo de la tormenta social, donde el ingenio humano orientado al futuro se enfrenta a los patrones culturales imperantes y a las condiciones históricas que determinan las posibilidades del presente.A las estrellasLa estrella de Asimov comenzó su espectacular ascenso. Cuando aún era estudiante, publicó su primera obra de ciencia ficción, “Marooned Off Vesta”, en la revista Amazing Stories. El joven Asimov de 18 años, recién afeitado, se presentó también, manuscrito en mano, a la puerta del legendario editor de Astounding Science Fiction, John W. Campbell. Aunque Campbell rechazó elegantemente el relato, se convirtió en el mayor mentor literario de Asimov. Sin embargo, su relación acabó siendo tensa y complicada, ya que Asimov rechazó explícitamente la política fascista de Campbell y su creencia en la superioridad racial. (Hay que señalar aquí que Asimov tenía su propio comportamiento atroz: el acoso sin paliativos a las mujeres).
El Dios en la roca clara – 037 – Lectura del audiolibro
Este es el sexto volumen de las brillantes historias para jóvenes de Isaac Asimov. Tras haber recreado en sus anteriores libros, ampliamente elogiados, las grandes civilizaciones de Oriente Próximo, Egipto, Grecia y Roma, ahora se traslada al norte de Europa para hablar de los francos y los godos, que llegaron desde el norte para significar el fin de la dominación mediterránea.
Como han señalado innumerables críticos, el Dr. Asimov aporta al relato de la historia una variedad de disciplinas, una prosa clara y chispeante y un entusiasmo contagioso que atrapa al lector en su panorama de los acontecimientos. La Edad Media no es una excepción.
Aquí vemos las tribus germánicas y los reinos góticos, la llegada de la oscuridad. Vemos el poderoso papel del cristianismo en el desarrollo de los acontecimientos militares. Observamos la caída de los reyes y el desmoronamiento de los imperios. Conocemos personalidades fascinantes: Alarico, Carlomagno y sus sucesores carolingios. Y finalmente, atravesamos la oscuridad para vislumbrar la luz que promete llegar.
El Dios en la roca clara – 017 – Lectura del audiolibro
Nuestro número de julio/agosto de 2022 presenta la exitosa novela de historia alternativa de Rick Wilber sobre “El Ganso”. Esta historia incluye espías nazis enredados en la industria del cine, personalidades de Hollywood, el estudiante de segundo año de secundaria y brillante shortstop Billie the Kid, e incluso el Spruce Goose.
La columna Reflexiones de Robert Silverberg dedica un tiempo a “mirar hacia atrás”; vemos “Scream Dreams, the Sequel” en el último On the Net de James Patrick Kelly; On Books de Peter Heck reseña obras de Charles Stross, Naomi Novik, Rebecca Roanhorse, Matthew Hughes y otros; además, tendremos una serie de poesías y artículos adicionales que seguro disfrutarán.
Eddie Bennett no era Eddie Bennett en esta línea de tiempo, sino una profesora llamada Elizabeth Stern, que salía a dar un rápido paseo al amanecer para hacer el ejercicio que tanto necesitaba antes de impartir su seminario de posgrado, “Aplicaciones para las finanzas personales”, en la Universidad de Niágara. El campus estaba al norte de Buffalo y de las cataratas del Niágara. Una universidad privada con unos cuantos miles de estudiantes de grado y la mitad de estudiantes de posgrado, NU era la tapadera perfecta para alguien lo suficientemente inteligente como para tener un doctorado y publicar algunos artículos y conseguir su titularidad incluso mientras vivía la doble vida que el trabajo real le exigía. LEER MÁS
La tercera revolución industrial: Una nueva y radical puesta en común
“La psicohistoria no se ocupaba del hombre, sino de las masas de hombres. Era la ciencia de las multitudes; multitudes en sus miles de millones. Podía pronosticar las reacciones a los estímulos con una precisión similar a la que una ciencia menor podía aportar al pronóstico del rebote de una bola de billar. La reacción de un solo hombre podía predecirse con ninguna matemática conocida; la reacción de mil millones es otra cosa”.
Robots. Eso es lo primero que piensa la mayoría de la gente cuando piensa en Isaac Asimov, y ciertamente, sus historias sobre las Tres Leyes de la Robótica están entre las mejores que escribió. Pero también ideó otro concepto de ciencia ficción único e igualmente memorable: la psicohistoria.
La psicohistoria (originalmente llamada “psicohistoria”) apareció por primera vez en los relatos cortos que Asimov recogería más tarde en su novela episódica Fundación. Ambientado en un futuro lejano, el libro detalla un vasto imperio galáctico que ha controlado miles de mundos habitados durante 12.000 años. El imperio está al borde del colapso. Sin embargo, muy pocas personas se han dado cuenta de ello, principalmente los que trabajan con el gran matemático Hari Seldon. Los modelos matemáticos de Seldon han demostrado de forma concluyente que el Imperio se derrumbará en unos pocos cientos de años, seguido de una edad oscura de 30.000 años antes de que se reconstruya la civilización.