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– La puesta en marcha del nuevo tren de laminación en el complejo de Celsa France en Bayona permitirá a CELSA Group diversificar aún más su actividad e impulsar su negocio internacional para facturar un nuevo crecimiento a partir del próximo año.
Barcelona, 27 de diciembre de 2021.- Celsa France, empresa integrada como unidad de negocio dentro del consolidado grupo español CELSA, ha iniciado la fase de pruebas del nuevo tren de laminación en el complejo industrial de la compañía en Bayona, con el reciente encendido del horno de la instalación y con la producción de las primeras piezas de acero, en la que ha invertido 65 millones de euros.
Celsa France producirá hasta 550.000 toneladas de productos laminados al año en Bayona, lo que le permitirá acceder a un nuevo mercado europeo que consume unos 20 millones de toneladas de alambrón al año. A pleno rendimiento, el nuevo tren de laminación, cuya fabricación comenzó en enero de 2020, tiene una capacidad de generación e ingresos de unos 300 millones de euros al año.
La inversión realizada para la construcción del nuevo laminador generará alrededor de 140 nuevos puestos de trabajo directos y 420 contando el empleo indirecto, localizados en el área de influencia de Bayona (Francia y España) y supone un importante impulso al dinamismo económico de la región a la vez que refuerza la posición de Celsa France, que hoy es la principal empresa del País Vasco francés y representa el 45% del tráfico portuario de Bayona.
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La planta de CSA estuvo plagada de problemas desde el principio, como los sobrecostes, el aumento de los precios del mineral de hierro, la caída de los precios del acero y la volatilidad de los tipos de cambio. Además, los propietarios de la planta fueron citados por numerosas infracciones medioambientales. En 2012, solo dos años después de la inauguración de la planta de CSA, ThyssenKrupp anunció sus planes de venta.
En 2016, cuando los precios del acero seguían cayendo y Brasil se encontraba en medio de una profunda recesión, Vale vendió su participación del 27% en la planta a ThyssenKrupp, aunque conservó sus derechos de venta de mineral de hierro a la planta[6]. Un año después, el grupo Ternium compró el complejo siderúrgico CSA por 1.500 millones de euros, lo que supuestamente supuso una pérdida de 8.000 millones de euros para ThyssenKrupp[7][8][9].
La planta, que ahora funciona con el nombre de Ternium Brasil, tiene capacidad para producir 5 millones de toneladas de acero al año. Está especializada en la fabricación de chapas de acero para clientes de Brasil, México, Estados Unidos y Europa, con especial atención a los sectores de la construcción naval, la automoción, el petróleo y el gas, la maquinaria, los electrodomésticos y la energía. El complejo industrial de 10 millones de m² que rodea la planta incluye un puerto privado en la bahía de Sepetiba, un ramal ferroviario y una central termoeléctrica de 490 MW alimentada con los gases del proceso de fabricación del acero[4][1].