Noam Chomsky: Educación para quién y para qué
Marco Antonio Ávila Lavanal es profesor de español con licenciatura y máster en educación, especializado en innovación curricular y pedagógica. También tiene estudios de posgrado en gobernanza, políticas públicas y liderazgo educativo.
Desde 2001 es profesor de Secundaria de Lengua y Comunicación y jefe de la Unidad Docente de Secundaria (UTP) de la Fundación Belén Educa. Como profesor de aula, obtuvo la Designación de Excelencia Pedagógica y fue miembro de la Red de Maestros de Maestros. En 2007 fue elegido como uno de los 100 líderes de la Revista Sábado, como representante del ámbito educativo.
Entre 2008 y 2012, se desempeñó como asesor de mejoramiento educativo del programa Mejor Escuela de la Fundación Chile. En 2013- 2015, fue director de la Escuela Básica Emprender de la comuna de Puente Alto. Durante este período, obtuvo una beca del Programa Directores de Excelencia del Ministerio de Educación para estudiar Liderazgo Educacional en el Ontario Institute for Studies in Education (OISE) de la Universidad de Toronto (Canadá).
Derechos de los trabajadores: Discriminación y protección de la intimidad [FARSI]
Antes de la fundación del magisterio la educación para los no privilegiados era escasa y era dominio del clero, las escuelas privadas y la clase alta contaba con personas muy instruidas, en su mayoría de países europeos que ejercían de tutores.
En 1842, la Escuela Normal de Preceptores se convirtió en la primera institución destinada a los maestros varones de primaria. Las escuelas normales de la época comenzaban como enseñanza secundaria cuando los alumnos además de recibir la educación tradicional correspondiente al nivel, se incorporaba un programa pedagógico curricular paralelo durante cinco años. Aquellas personas que poseían el título de bachiller podían asistir a las escuelas normales durante dos años más para obtener la formación adecuada para ser maestros.
La primera contraparte para mujeres, la Escuela Normal de Preceptoras, se fundó en 1854, replicando el modelo de escuelas normales ya establecido. La fundación del Instituto Pedagógico para educadores secundarios en 1889 en Santiago fue la piedra angular para la profesionalización de los profesores. El instituto se incorporó como parte de la Universidad de Chile conocida como Facultad la Filosofía, adquiriendo el estatus que recibían otras profesiones.
Chile prusia
La universidad busca formar profesionales con un perfil ético, humanista, analítico, crítico y creativo, que contribuyan al desarrollo económico, cultural, social, regional y nacional. La institución tiene una vasta tradición en las áreas de educación y humanidades, y está profundamente involucrada con la comunidad de Valparaíso y San Felipe.
En 1950, debido a la calidad de su actividad, y previa inspección de los miembros de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile, recibió por Decreto Supremo la calidad de cooperador del Estado en educación, siendo sus exámenes válidos y rendidos ante las comisiones oficiales designadas por la Casa de Bello.
Los primeros cursos impartidos por el entonces Instituto fueron los de Pedagogía en español, francés e inglés, mientras que en 1951 se creó un curso de Filosofía y un año después la primera Escuela de Periodismo del país y una Escuela Normal Femenina. La Universidad de Chile aportó inicialmente con profesores muy destacados de Santiago, como Héctor Castillo, Ricardo Benavides y el profesor Cedomil Goic, entre otros, junto a destacados profesores de la región como Juan Montedónico, Carlos Pantoja Gómez y Félix Morales Pettorino, quienes formaron un equipo que aprovecharon, junto a profesores del Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso y con personas que habían iniciado su formación profesional en Pedagogía, surgiendo como profesores ayudantes.
Desdibujando las líneas 2020 | Entornos de aprendizaje educativo (Parte 1
En sus sesenta y ocho años de existencia, desde su fundación como Instituto Pedagógico de Valparaíso en 1948, la Universidad ha vivido diferentes períodos, algunos de los cuales estuvieron marcados por acontecimientos que afectaron su marcha institucional, por lo que fue necesario conciliar sus tradiciones con la realidad circundante y las exigencias, que planteaba la transferencia y desarrollo del conocimiento. En 1955 pasó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile; posteriormente al área de las humanidades (1968); luego a la Facultad de Educación y Artes, sede de la Universidad de Valparaíso de Chile (1973). En 1981 tomó el nombre de Academia Superior de Ciencias Pedagógicas. Y, finalmente, desde 1985, es la Universidad de Ciencias de la Educación de Playa Ancha. 1990 se realiza en la primera elección del rector de esta universidad.
En la actualidad, la Universidad de Playa Ancha ofrece cursos y programas en diversas áreas del conocimiento, complementando su oferta de formación inicial de profesores con las artes, las humanidades, las ciencias médicas, las ciencias sociales, las ciencias, las ingenierías y las artes de gestión. Su presencia regional también se proyecta en el Valle de Aconcagua en un moderno campus en la ciudad de San Felipe, que funciona desde 1991.